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La verdad es que no fue regalo del padre sino una coincidencia con la fecha, llegamos a Villaflor y como tenía la vieja "mulilla" averiada se fue a por la de Enrique que ya hacía tiempo que estaba con ganas de hacerse con ella y se la compró. Enrique ya no la usaba y la tenía muy bien conservada, es una máquina estupenda, 9 cv y todos sus aparejos, está como nueva y Marino tan contento con ella. Ha regresado a Alcalá con los músculos de los brazos bien endurecidos de tanto manejarla pero encantado de tenerla. Ha sembrado garbanzos, lechuga, repollo, acelgas y algún semillero de tomates y pimientos.
También hemos aprovechado para conocer a Javier, el niño de Lucia que está precioso y ver al resto de la familia, se nos ha hecho corto y hemos estado agusto como siempre.
