El 25 de marzo tenía Flor libre en el trabajo y decidimos ir a pasear a la Casa de Campo. Salimos de Alcalá con fresquito pero acabó haciendo un día estupendo. Primero fuimos a la zona del Rastro a comprar ropa para la montaña que Flor necesitaba y luego al lugar de destino. Cuando llegamos al lago el sol estaba radiante nos tomamos una cervecita y nos dimos una vueltecita alrededor, había poca gente y en el silencio se paseaba que era una maravilla.
Al rato se nos unió Juli y completamos otra vuelta charlando relajadamente, bueno lo relajado que nosotros, más bien nosotras, somos capaces de charlar.
Comimos en El Urogallo, en las mesas de la calle, al sol y con la vista del lago y la Catedral y el Palacio Real, ¡vamos una gozada de sitio!. ¡Y en Madrid!.
Terminamos con otro paseito y de regreso cada mochuelo a su olivo. Muy agradable el lugar y más la compañía.